Pülashi es un experimentador, una persona curiosa, un hijo del mito, un anciano y un niño, una conjunción de dos tiempos y dos mundos.
"En casa siempre hubo un vínculo con diversas expresiones artísticas".
Cuando era niño, mi padre pintaba de forma autodidacta y me permitía caminar sobre los grandes lienzos que tenía en proceso. Recuerdo estar lleno de pintura marcando pies y manos en los lienzos que estaban extendidos en el suelo. En casa siempre hubo una conexión con diferentes expresiones artísticas.
Mi primera impresión tuvo lugar durante mi formación en la Escuela de Artes Visuales de la ULA. Cuando entré en el taller de grabado sentí una profunda afinidad con la prensa y los entresijos de este oficio. Poco a poco me fui dando cuenta de que el medio gráfico me resultaba más familiar que el pictórico.
"Mi padre me regaló el CD de Guerrilla Seca "La realidad más real". Este álbum tuvo un gran impacto en mí debido a la crudeza y transparencia de sus letras".
Se podría decir que hubo tres hitos que me acercaron al movimiento, el primero fue el hecho de que vivía cerca de Plaza Sucre en el estado de Mérida, mejor conocida como Plaza de Milla, en este lugar hace poco más de 20 años solían encontrarse los skaters, rollers, bmx y raperos. Cuando tenía unos 9 años me deslumbraron sus piruetas y sus actitudes hasta el punto de intentar imitarlas. Poco a poco fui adoptando sus costumbres, hasta que a los 14 años empecé a patinar de forma seria; Aunque no es uno de los elementos de la cultura hip-hop per se, es una disciplina callejera muy similar a ella. El segundo hito que considero importante fue que un día, también entre los 9-10 años, mi padre me regaló el CD de Guerrilla Seca "La realidad más real". Este disco tuvo un gran impacto en mí por la crudeza y transparencia de sus letras, aunque no entendí muchas de ellas en su totalidad hasta años después, desde ese primer momento me enganché con los ritmos y melodías de los instrumentales. Y finalmente en 2015, BlairOne, un compañero de clase y gran productor de Trujillo dedicado por completo a este género, terminó animándome a crear mis propios instrumentales. Desde entonces me tomo el arte del muestreo mucho más en serio y ya no desde la posición del oyente.
Entiendo el término "artes gráficas" como un espectro de técnicas que permite la creación de imágenes a partir del impacto directo o indirecto sobre una superficie. Aunque no es estrictamente necesario que la imagen producida sea repetible, es característico de las técnicas gráficas permitir múltiples copias del mismo diseño, como ocurre en la fotografía, la serigrafía o el grabado.
¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en participaciones artísticas?
Hasta la fecha, una de las experiencias más enriquecedoras ha sido participar en el Portfolio Amalgama Gráfica Internacional Contemporánea VI, ya que me ha permitido entender el rigor técnico y el compromiso que supone la elaboración de un proyecto de estas características. No es nada fácil mantener la estabilidad de una imagen a lo largo de una edición hecha a mano, donde cada vez que se repite el proceso, es necesario asegurarse de que las condiciones no varíen, a pesar de la naturaleza misma de la vida, que es única e irrepetible en cada momento. Es un poco como tratar de superar la ilusión del tiempo, repitiendo condiciones particulares un número específico de veces. El grabado es un arte mágico.
"Un saludo a la gente de Taller Orégano por su trabajo de autogestión y resistencia en estos tiempos de inmediatez superflua".
Todavía no he tenido el placer de viajar al extranjero de manera física, sin embargo durante 2020 tuve la oportunidad de participar en una convocatoria para grabado organizada por Taller Orégano, ubicado en Valparaíso, Chile. Esta fue mi primera experiencia compartiendo mi trabajo con personas de otros lugares. Un saludo a la gente de Taller Orégano por su trabajo de autogestión y resistencia en estos tiempos de inmediatez superflua.
Además, durante el año 2021 estuve trabajando en la edición para Amalgama Gráfica que mencioné anteriormente, este Portafolio fue coordinado y compilado por Ediciones Pata Negra en Oviedo, España.
Aunque mi dinámica diaria gira en torno a las artes gráficas como impresor en el Taller de Artistas Gráficos Asociados Luisa Palacios TAGA, siempre encuentro momentos para experimentar y comunicarme a través del rap bajo el seudónimo sieterayo. Esta disciplina me permite plasmar de forma autodidacta a través de un formato sonoro mi percepción del mundo y de mí mismo.
Algunos artistas que han influido en mi desarrollo artístico son Wilfredo Lam, Mario Abreu, Oswaldo Vigas, José María Cruxent, Pier Alechinsky, Joseph Beuys y también los petroglifos de Lascaux, Altamira, Chiribiquete, entre otros aunque sus autores son desconocidos. Dentro del ámbito musical algunas de mis referencias son Illya Kuryaki & The Valderramas, Elphomega, Tr3s Monos, Gata Cattana, Kankick, Damu The FudgeMunk, Nujabes, Ka, Madlib.
¿Harías esto por el resto de tu vida?
Aunque no estoy cerrado a hacer otro tipo de profesión o disciplina, ya que esto sería perjudicial para la expansión y el desarrollo humano, por ahora concibo todo mi crecimiento en torno a las expresiones artísticas, ya sea a través de una matriz, un papel, una cámara o instrumentales.
Muchas gracias a Pülashi por compartir esta entrevista con nosotros y contarnos parte de su trabajo artístico, te invito a seguirlo en sus redes y disfrutar de su maravilloso trabajo.
https://m.youtube.com/@sieterayo