Un ojo bastante particular, captando constelaciones y miradas cargadas de sensualidad y fuerza, el trabajo fotográfico de Mascando huesos te dejará con ganas de saber más. Que la disfruten!
Astrid: ¿Qué labores artísticas has desarrollado a lo largo de tu vida?
Mascando Huesos: No creo que realmente haya desarrollado muchas, en su mayoría lo que me ha motivado es el hecho de probar meramente por placer y experimentar a través del dibujo y la escritura cuando era una niña, inclusive hasta la adolescencia, era y sigo siendo muy fan del anime entonces intentaba dibujar un poco en ese estilo porque soy fanática de un grupo de mangakas llamadas CLAMP, a pesar de ésto nunca hubo una intención respecto a ahondar ni profundizar en esos conocimientos artísticos, de hecho soy terrible dibujando. La fotografía me llamaba la atención desde pequeña pero fue al crecer que desarrollé un amor profundamente apasionado por ésta, diría que es casi obsesivo.
He tenido breves aproximaciones a la escultura en papel. También me fascinan las máscaras, he trabajado en la elaboración de algunas, pero perdí esos registros, suelo elaborarlas con yeso así que no son muy resistentes, pero su finalidad no es que duren sino utilizarla en trabajos fotográficos, es posible que más adelante vean algunas aparecer en mis series.
Astrid: ¿Cuándo decidiste dedicarte a la fotografía? ¿Hay un momento que recuerdes que te haya llevado a tomar ésta decisión?
Mascando Huesos: Jamás me lo planteé como carrera, la verdad mi encuentro con la fotografía inicia durante mi infancia temprana, me encantaba pasar largo rato viendo los álbumes familiares que tenía en casa, todos eran registros bastante íntimos y hechos de forma amateur por mi mamá y mis tías en su mayoría, en ellos se encuentran documentados mi nacimiento y el de mi hermana, viajes que hicieron mis padres, cumpleaños, reuniones, paseos, creo que es una bella manera de congelar los recuerdos, de hecho la fotografía me ayuda a recordar mejor ciertas cosas porque me hace conectar la imagen con el instante.
Al crecer mi camino iba a ser otro. Un día cuando yo contaba con 18 años, una amiga iba a hacer un trabajo para la universidad, no recuerdo bien esos detalles, el punto es que me ofrecí a maquillarla y fotografiarla, pues precisamente necesitaba hacerse unas fotos y ya desde ese momento el flechazo fue instantáneo, soñaba y deseaba fotografiar, materializar esto en una afición, pero no tenía cámara aún por lo que decidí que más adelante conseguiría una.
Cambié de carrera dos veces pero la verdad no me hallaba, me sentía fuera de sitio, había perdido mi norte, desconocía qué era lo que deseaba hacer realmente, la segunda carrera que cursé fue comunicación social en la UCSAR y no me llenaba, tampoco me agradaba, pero uno de las materias que conformaba el pensum era precisamente fotografía, por lo que debíamos tener una cámara así que conversé con mi papá y mentí un poco al respecto diciéndole que debía ser preferiblemente una réflex, ya en ese instante me había decidido qué era a lo que realmente deseaba dedicarme y posteriormente abandoné esa carrera. Al inicio no entendía mucho el manejo de la cámara y pasaron un par de años hasta que tomé tres cursos en la ONG y luego mucho tiempo después ingresé en UNEARTE.
Es en el año 2016 cuando retomo activamente la fotografía de forma más constante a modo de práctica, antes sólo lo hacía ocasionalmente y ya en 2017 inicié con series y narraciones fotográficas previamente conceptualizadas.
Astrid: ¿Qué temas abordas a la hora de hacer fotografía?
Mascando Huesos: Predominan la soledad y el vacío del individuo, el amor y desamor, la positividad corporal, el erotismo sentimental, lo onírico, la fantasía y el surrealismo, la búsqueda del yo a través de narraciones fotográficas donde las féminas son el sujeto y protagonista recurrente.
En un futuro próximo se sumarán más temas, para mí lo primordial es que simplemente quiero crear historias.
Astrid: ¿De dónde viene tu seudónimo “Mascando huesos “?
Mascando Huesos: Es una historia bastante larga que trataré de resumir. Desde que era muy pequeña siempre me sentí atraída por el horror y lo oculto, además pasé parte de mi infancia en Trujillo, visitaba mucho la casa de mi abuela que se ubicaba ahí en un caserío de una zona rural.
Una noche antes de dormir le pedí a mi abuela que me contara un cuento de “monstruos y fantasmas”, ella empezó a narrarme sobre un hombre cuyo auto se descompone en una carretera a mitad de la noche, no pasaban otros autos, justo al lado de la vía alcanza a ver una casa muy vieja. El hombre con la esperanza de que puedan auxiliarlo y pedir prestado el teléfono para llamar una grúa, se acerca, nadie responde pero nota que la puerta está entre abierta así que decide pasar, ve el interior de la morada era un tanto vieja y se encontraba descuidada, cerca divisa unas escaleras que empieza a subir, a medida que avanza ve algunos huesos diseminados por el suelo y entre estos se encontraba una mujer desnuda y sucia con el cabello largo y enmarañado, sostenía entre sus manos unos huesos que masticaba con desesperación éstos claramente pertenecían a un humano, el hombre asustado intenta huir pero ella lo persigue corriendo como un animal salvaje a cuatro patas, es bastante rápida y se va acercando a él.
Nunca supe cómo terminó la historia porque empecé a gritar mucho para no oír el resto, me encontraba bastante asustada, supongo que al final se lo comió. El punto es que siempre quedó en mi imaginario la imagen de este espectro feral que se alimentaba de carne humana. Cuando a fines de 2016 decido empezar a desarrollar algunas series fotográficas se me ocurrió hacerlo desde el anonimato y decido asumir el nombre de esa criatura que siempre formará parte de mis recuerdos, un ser producto de la imaginación activa de una niña, creo que precisamente está ligado a mi propio lado creativo, intuitivo y tal vez animal porque a fin de cuenta las personas somos animales con un raciocinio producto de años de evolución.
Astrid: ¿Qué te motiva a recrear historias a través de trabajos fotográficos?
Mascando Huesos: El amor por la literatura y el cine, mi madre me leía fábulas antes de acostarme a dormir y a la edad de 4 años aprendí a leer por lo que cuento que encontraba, mis ojos lo devoraban con avidez, muchas de éstas historias para niños contenían una moraleja, en cierto modo las mías también lo tienen.
También el cine juega un papel fundamental porque también está lleno de historias donde convergen muchas disciplinas artísticas como la fotografía, danza, pintura, escultura, literatura, etc. Tal vez en el fondo soy una cineasta frustrada, me encantaría poder desarrollar más mis conocimientos al punto de formar parte de algún proyecto cinematográfico, especialmente si se relaciona con el stop motion.
A través de la narrativa fotográfica lo que busco además de relatar un suceso es el poder generar emociones en el espectador y que no se quede únicamente estancado en la contemplación de la imagen.
Astrid: ¿Crees que tu trabajo tiene un impacto social? ¿Por qué?
Mascando Huesos: Sinceramente no lo sé, no soy alguien conocida, una sola vez expuse cuatro fotografías en el Museo de Artes Jacobo Borges pero a modo de entrega para una asignatura de la universidad, de resto jamás he participado en exhibiciones más allá de mostrar un poco de lo que hago a través de las redes, ojalá mi trabajo pueda servir para inspirar y alentar a otras personas a hacer lo que les gusta, especialmente en el ámbito creativo y de las artes.
En mi caso definitivamente dos fotógrafas venezolanas contemporáneas a mi dejaron su huella, la primera usaba los seudónimos Lara Uster y Meowraur y la segunda es Roser Antuña quien se hacía llamar Sagaris, los trabajos de ambas los conocí por medio de un sitio web llamado Flickr, jamás interactué ni tuve algún tipo de trato con ellas pero fueron una gran inspiración para mí, el ver lo que hacían incrementó mi confianza generándome la certeza de que podría labrarme camino en la fotografía a mi propio ritmo y manera.
Si esto ocurrió conmigo al ver lo que podían crear dos chicas que vivían en la misma ciudad en la que me encontraba entonces es posible que pueda sembrar un poco de confianza en sí mismos a otros para que no se den por vencidos y sigan creando, lo más importante de crear además de ser un medio de expresión es también el hecho de alcanzar la plenitud al hacer lo que te gusta.
Astrid: ¿Te gustaría poder exponer a nivel nacional e internacional?
Mascando Huesos: Si, por supuesto que me encantaría, no lo había hecho antes pues no me sentía lo suficientemente lista para eso, especialmente porque consideraba que no tenía un trabajo lo suficientemente sólido que mereciera ser expuesto. Actualmente me encuentro trabajando en ello para poder exponer en un futuro próximo.
Astrid: ¿Usas cámara analógica o digital?
Mascando Huesos: Utilizo una cámara digital y también retoco las imágenes digitalmente. Hasta el sol de hoy no he trabajado con cámaras réflex analógicas, pero si me gustaría bastante hacerlo en algún momento.
Astrid: ¿Podrías utilizar otras técnicas artísticas y fusionarlas con la fotografía? ¿Cuáles?
Mascando Huesos: Si, la escultura tomaría parte en este proceso específicamente en la elaboración de máscaras, piezas que se usarían en las puestas en escena que me gusta plasmar en digital. En 2015 hice algo relacionado con esto, pero no lo dejé público en mis redes por mucho tiempo, fue algo experimental, hay un concepto desarrollado alrededor de una máscara en particular, es probable que más adelante me anime a materializarlo.
También me planteo a futuro desarrollar trabajos relacionados con la danza, las disciplinas circenses y el video arte. Estas sólo son ideas bullendo en mi cabeza desde hace rato pero aún no las he conceptualizado.
Astrid: ¿Harías esto por el resto de tu vida?
Mascando Huesos: Claro, definitivamente, me visualizo como Imogen Cunningham, ella siguió fotografiando hasta una edad bien avanzada. Deseo fotografiar hasta que me toque partir de este plano, esta disciplina forma parte de mi ser, mi esencia, me apasiona y llena mucho además de permitirme expresar muchas cosas que a veces cuesta con palabras, en cada fotografía estoy presente y una parte de mi mundo interior también.
Gracias a Mascando Huesos por ésta maravilla de entrevista llena de encanto, misterio, erotismo.
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